Después de la lluvia

Los paisajes de Silvio Oliva Drys no solo reproducen las geografías pampeanas. Evocan, principalmente, su atmósfera. No es casual, entonces, que en sus telas sean frecuentes los fenómenos atmosféricos, las nieblas, las tormentas, las lluvias, que en general aparecen como vestigios de una violencia olvidada que la naturaleza ha neutralizado con su infinita paciencia.
Las obras transmiten esa serenidad después de la tormenta. Su composición estrictamente horizontal, articulada en sutiles gradaciones tonales con preferencia de los valores bajos, incorpora un minucioso trabajo con la luz que extrae los paisajes de su voluntad abstracta. Ese cuidadoso trabajo cromático y lumínico genera horizontes, nubes, tierra, vegetación, allí donde la pintura parecía declarar su autonomía sobre la superficie de la tela. La profundidad que sugieren estos espacios le debe mucho mas a esa particular forma de pintar que a la perspectiva. La trasparencia insinúa una dimensión interior que convoca al espectador con insistencia, que lo invita a la reflexión y la contemplación. Inducen una nueva atmósfera, esta vez metafísica, renovando el impacto que el paisaje todavía conserva sobre el espíritu humano.
Rodrigo Alonso

  1. Primera lluvia
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